¿Has notado cómo cada vez se hace más frecuente el liderar equipos cuyos miembros no se encuentran en tu mismo lugar de trabajo?
Con el interés puesto en la globalización, la realidad que enfrentan hoy en día muchos ejecutivos es la de tener que dirigir equipos cuyos integrantes trabajan desde lugares diferentes.
Los costos relativos a traslados dificultan las reuniones frecuentes y se ven abocados a interactuar telefónicamente o a través de Internet bajo circunstancias que usualmente no manejan. Esto ha hecho que se haga cada vez más indispensable desarrollar nuevos modelos de interacción que permitan tanto la cercanía en las relaciones como la efectividad de los resultados que están buscando en conjunto.
Paradigmas por superar
Algunos de los paradigmas que frenan a los ejecutivos en tales situaciones:
"No se puede establecer una relación cercana sino a través de una interacción personal presencial"
"La calidad de los resultados es mejor cuando las personas se encuentran cara a cara"
"Los procesos que impliquen una transformación real se dan solo cuando las personas se encuentran físicamente y hablan"
¿Y qué sucedería si la relación, los resultados y la transformación se pudieran dar mediante interacciones virtuales?
Esto significaría que los escenarios virtuales requerirían utilizarse de manera que aseguren que estos tres factores "cercanía, calidad relacional, transformación" se puedan dar, esto es lo que genera "Confianza" primero entre las personas y luego con el medio a través del cual se comunican.
Como siempre, el temor a lo desconocido hace que surjan resistencia que únicamente se vencen cuando se enfrentan y se constata, a través de la experiencia que "SÍ SE PUEDE".
Experiencia que abre posibilidades
Aún recuerdo cuando al formarme como coach hace ya 12 años, me resistía a atender sesiones telefónicas. Alguno de mis colegas, había comentado en una ocasión: "el 95% de mi trabajo como coach lo hago telefónicamente". Lo cierto es que su trabajo era muy valorado por los directivos con quienes trabajaba, pero mi primera reacción interna fue pensar "pero nunca es igual hablar por teléfono a poder estar con la persona y verla frente a uno...".
Fue realmente en un ejercicio grupal, telefónico, en el que participé durante mi entrenamiento como coach profesional que comencé a tumbar mis creencias.
Resulta que estábamos realizando una sesión de coaching, donde uno de nosotros era el cliente y los demás actuaban como consultores. El colega que tenía el turno lanzó una pregunta que dejó en silencio a quien actuaba de cliente. Estábamos conectados 7 personas, todos nos quedamos callados, no se escuchaba ni un suspiro, sin embargo, todos sentimos que esto había llegado hondo en el cliente. Su silencio comunicaba un sinfín de información y cada uno comprendía, desde un profundo respeto, lo que estaba sucediendo con él.
Recuerdo que ninguno se atrevía a pronunciar palabra hasta que me atreví a preguntar "¿estás llorando?" y él respondió "sí". Quizás no me hubiese impactado tanto si el cliente en cuestión no hubiese sido un "duro hombre de negocios", siempre compuesto y firme, de esos que precisamente considera el trabajo remoto como una limitación.
Algo se abrió ante mi propio asombro. Estábamos todos a miles de km de distancia y, sin embargo, la sesión fluía en total intimidad a pesar de la distancia física, la conversación era profunda y permitía abordar temas que quizá presencialmente no se hubieran podido tocar de la misma forma. Incluso los silencios se "mastican", y parece que cierta atención se intensifica por ese deseo de llegar al otro a través del canal virtual que nos conecta.
Tecnología a nuestro servicio
Los años han pasado y al trasladarme a vivir a otros lugares más alejados del mundo de las grandes ciudades, me vi forzada a cambiar mi forma de intervenciones organizacionales.
Varios de mis clientes se encuentran en países distantes y ahora 99% de mi trabajo profesional tiene lugar a través de una plataforma virtual.
El impacto es por lo menos igual, cuando no mejor, que cuando tenía reuniones presenciales. De hecho hay personas que pudiendo tener sus sesiones presenciales me piden que nos reunamos a través de la plataforma virtual.
¿Qué ha sucedido? Se rompieron totalmente estos paradigmas, la confianza sí se puede crear aunque estemos a distancia. Esto me ha dado la certeza del ejercicio del liderazgo aun cuando las personas que estén bajo nuestra responsabilidad se encuentren en ciudades e incluso países o continentes distintos.
Las 5 claves para lograr establecer confianza a través de un medio virtual..
- Conéctate primero con la persona, luego con su rol o sus resultados:
- Muestra un interés genuino en el ser humano, no solo en lo que esperas que haga para ti.
- Fíjate cómo llega.
- Pregúntale cómo está y qué necesita para estar presente.
- Indaga sobre sus expectativas.
- Permite la participación y escucha:
- Establece acuerdos sobre los tiempos de intervención.
- Define las reglas que regirán el espacio que van a compartir.
- Honra los momentos de silencio e introspección.
- Fomenta la toma de conciencia sobre el impacto de las intervenciones.
- Abre espacios para verificar avances:
- Reflexiona sobre lo que está aportando la conversación.
- Mantén lo que está siendo útil.
- Desecha lo que no te esté sirviendo.
- Cierra con conclusiones precisas:
- Verifica cómo les ha marcado la reunión.
- Estimula el descubrimiento de aprendizajes.
- Motiva para que los cambios que quieran hacer se empiecen a poner en marcha.
- Revisa qué tanto las expectativas se cumplieron.
Y sobre todo
5. OLVIDA QUE ESTÁS EN UN MEDIO VIRTUAL.
Para profundizar, espera nuestro siguiente artículo en el que desmenuzaremos cada uno de los puntos relativos a las 5 claves para el establecimiento de la confianza a través de un medio virtual.