Nuestra gran oportunidad

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Benito estaba delante de su ordenador revisando su buzón de correo como hacía cada mañana y como cada mañana, desde hacía unas semanas, la lectura del correo y el trabajo en general se desarrollaba a medio gas ya que las miradas y los corazones de los más antiguos estaban pendientes de aquella puerta que se abría a intervalos irregulares engullendo a alguien que saldría minutos después demacrado, balbuceante, llorando a moco tendido a veces.

Todos los antiguos rodearían rápidamente al desafortunad@ y repetirían las misma fórmulas y palabras que habían establecido como idóneas, sin necesidad de haberlo acordado previamente y que el destinatari@ recibiría…[SignupToUnlock showsidebar=”NO” sidebartemplate=”Select Sidebar Template” pagetemplate=”template8″ dapproductid=”4″ submiturl=”/dap/dap_wordpress_signup_submit.php” redirecturl=”” termslink=”%20%3Ca%20href%3D%27http%3A//YOURSITE.com/terms%27%20target%3D%22_blank%22%3E%3Cspan%20style%3D%22color%3A%20red%3B%22%3ETerms%20and%20Conditions%3C/span%3E%3C/a%3E%0A%20%20%20%20%20%20%20%20%20″ submitsuccessmsg=”Muchas%20Gracias%20por%20completar%20el%20formulario.” firstnamemissing=”Disculpa%2C%20falta%20tu%20Nombre.%20Por%20favor%20introduce%20tu%20nombre%20para%20continuar.” emailmissing=”Disculpa%2C%20falta%20tu%20Correo%20Electronico.%20Por%20favor%20introduce%20lo%20para%20continuar.” tandcalert=”Por%20favor%2C%20marca%20la%20casilla%20de%20Aceptas..” cookieexpdays=”999″ msg=”%3Cdiv%20id%3D%22dap8-sign-up-form%22%3E%0A%3Ch3%3E%26iexcl%3BReg%26iacute%3Bstrate%20y%20lee%20el%20resto%20del%20art%26iacute%3Bculo%21%3C/h3%3E%0A%3Cform%20id%3D%22formdap8%22%20class%3D%22dap8-form%22%20action%3D%22%22%20name%3D%22formdap8%22%3E%3Cinput%20id%3D%22first_name_dap%22%20class%3D%22dap8-input-name%22%20onfocus%3D%22if%20%28this.value%20%3D%3D%20%27Nombre%27%29%20%7Bthis.value%20%3D%20%27%27%3B%7D%22%20onblur%3D%22if%20%28this.value%20%3D%3D%20%27%27%29%20%7Bthis.value%20%3D%20%27Nombre%27%3B%7D%22%20type%3D%22text%22%20name%3D%22first_name_dap%22%20value%3D%22Nombre%22%20/%3E%20%3Cinput%20id%3D%22email_dap%22%20class%3D%22dap8-input-email%22%20onfocus%3D%22if%20%28this.value%20%3D%3D%20%27Correo%20Electronico%27%29%20%7Bthis.value%20%3D%20%27%27%3B%7D%22%20onblur%3D%22if%20%28this.value%20%3D%3D%20%27%27%29%20%7Bthis.value%20%3D%20%27Correo%20Electronico%27%3B%7D%22%20type%3D%22text%22%20name%3D%22email_dap%22%20value%3D%22Correo%20Electronico%22%20/%3E%3Cbutton%20id%3D%22complete%22%20class%3D%22dap8-btn%22%20name%3D%22complete%22%20type%3D%22submit%22%3E%26iexcl%3BContinua%21%3C/button%3E%3Cinput%20id%3D%22productId%22%20type%3D%22hidden%22%20name%3D%22productId%22%20value%3D%224%22%20/%3E%3C/form%3E%0A%3Cdiv%20class%3D%22clearfix%22%3E%26nbsp%3B%3C/div%3E%0A%3C/div%3E” ] como moneda falsa, ningún consuelo era posible, no había ningún mensaje cuyo contenido pudiera traspasar la barrera de incertidumbre que se abría en ese momento en su vida a pesar de que sabían desde meses atrás que la llamada se produciría.

Cuando Benito se despertó esta mañana tuvo una corazonada, su día sería hoy.

Lejos de desanimarse se notó más despejado que nunca, se dirigió contento a afeitarse al cuarto de baño y mientras se miraba en el espejo iba pensando “tengo 57 años pero ni lo noto, de ninguna manera puedo detenerme, al contrario, ahora tendré la oportunidad de vivir”

Salió silbando de casa, se metió en el coche y en lugar de centrarse en el atasco diario de pronto tuvo conciencia de que estaba en la M-30 viendo amanecer, ¡estaba viendo amanecer y era precioso!

Seguro que había amanecido cada día mientras él estaba en el coche pero había sido tan zoquete que no le había prestado la menor atención absorbido por las noticias de la radio , las demandas del tráfico y el apremio del reloj.

“¡Tantos años sin ver amanecer teniéndolo frente a mis ojos!”se dijo moviendo apesadumbrado la cabeza, ¡qué despropósito!

Todavía estaba pensando en esto cuando el sonido del teléfono le hizo dar un respingo, “¿Benito Luján? tenga la amabilidad de dirigirse al departamento de Recursos Humanos por favor” Benito movió afirmativamente la cabeza cuando su compañero le lanzó un mirada inquisitiva.

Mientras se dirigía a la puerta sabía que todos los antiguos habían dejado de teclear y se preparaban para acogerle debidamente a la salida.

Media hora después reapareció Benito sonriendo de oreja a oreja, los antiguos, que estaban ya emocionalmente predispuestos a compadecerle se sintieron descolocados. Benito les echó una mano, “bueno, pues ya está, es un buen acuerdo, se han portado bien, no tengo queja”

Nadie daba crédito, aquél hombre no tenía ni idea de lo que se le venía encima, debía estar en shock, no cabía otra explicación. Como no tenían preparadas fórmulas ni palabras adecuadas para un prejubilado contento nadie dijo nada, se limitaron a abrirle paso y a mirarse unos a otros con cara de estar viendo a un loco.

Solo a media mañana cuando Benito cargaba ya con sus cosas y se dirigía a la puerta de salida (se había despedido debidamente de todos, antiguos y nuevos) Adela, una buena compañera que le apreciaba y con quién había compartido grandes momentos en todos esos años se atrevió a preguntarle “Pero Benito, ¿y ahora qué vas a hacer?”

Por supuesto que Adela no esperaba una respuesta inmediata por eso se quedó estupefacta cuando su compañero empezó a enumerar la cantidad de proyectos que tenía. “Además, concluyó Benito, siempre me ha gustado y se me ha dado bien la carpintería, seguramente tire por ahí”

Durante meses habían visto desfilar por aquélla puerta a hombres y mujeres hundidos, sombras de las personas que habían sido, era lo esperado, lo lógico, nunca nadie, salvo Benito, salió erguido, contento y, si me apuras, hasta rejuvenecido. Había llegado a decirles que ésta era la oportunidad de su vida, ¡habrase oído tontería más grande!

Un loco, eso es lo que era.

No te ha ocurrido a ti sol@, somos muchos quienes hemos perdido nuestro trabajo a los 50 años. Personalmente lo he considerado el final de una etapa pero no el final de todo. La vida está llena de posibilidades, oportunidades y sobre todo de cosas pendientes, cosas que el trabajo, tal como está concebido, nos ha impedido hacer.

Benito es una invención mía inspirada por esta conversación con Cecilia pero lo que ella te cuenta en este vídeo es real, por tanto, es posible.


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About the author 

Hilario Martinez

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